“El principio es la mitad de todo” – El cliente ante un proyecto web

Artículo publicado en la web cbccomunicacion, ya desaparecida.

A lo largo de nuestra trayectoria profesional nos hemos encontrado con clientes de todo tipo. En su absoluta mayoría hemos dado con gente entusiasta cargada de buenos propósitos. Vaya por delante que ha habido unos cuantos ejemplos que se han implicado de forma activa desde el primer momento en el trabajo. Sin embargo, tampoco ha sido raro dar con clientes no demasiado colaboradores, casi siempre debido al desconocimiento que tienen del medio online y de sus posibilidades. Muchos de ellos han sido abocados al desarrollo del proyecto por seguir la tendencia o por el consejo de terceros, pero no han llegado realmente motivados ni convencidos del potencial que significa disponer de su propio website. No han faltado algunos que, después de encargarnos el desarrollo de una web sin aportar más información que el nombre de su empresa y su actividad, han regresado a las pocas semanas con el clásico “¿cómo va lo mío?”. Como quien va a recoger a una tienda una alfombra que ha encargado para el salón.

 

La importancia de los preliminares

En cualquier caso, lo más normal es que el cliente entre el juego bastante avanzado el proyecto, cuando descubre por fin que, sin su participación y su esfuerzo, corremos el riesgo de que la web o proyecto que estamos construyendo acabe por no tener ninguna utilidad.  Conseguir involucrar al cliente desde el  primer momento es uno de los mayores retos que tenemos los profesionales desarrolladores web, ya que después puede ser demasiado tarde para reaccionar y poder reconducir el proceso. No es tarea fácil concienciar al cliente en esa primera fase, necesitaríamos haber hecho un trabajo educativo previo a la colaboración que establecemos, pero es nuestro deber trabajar para que esté involucrado y participativo desde el primer minuto, en una palabra: seducirlo. Aun sabiéndolo, frecuentemente incurrimos en el error de tirar para adelante y dejarnos llevar por una inercia que al final puede salirnos cara.

Resulta muy obvio, ya lo sabemos, Perogrullo acecha, pero no nos cansamos de recalcarlo: es imposible desarrollar una web que satisfaga a todas las partes implicadas sin el impulso y el concurso del cliente, ya que él es quien suele tener un conocimiento profundo de su sector y de las necesidades que se le plantean como empresa. Nuestra labor debe ser entender bien esas necesidades desde el principio y traducirlas al universo web.

En realidad, este artículo podría extenderse a cualquier otro de los servicios que prestamos: identidad corporativa, diseño gráfico, marketing online… Pero un proyecto de diseño y desarrollo web tienen unas características globales, integradoras de diferentes servicios, tareas y profesionales que lo convierten en el ejemplo perfecto.

Unas pautas para clientes a la hora de abordar un proyecto web

A continuación vamos a dar algunas pautas pensadas especialmente para clientes en relación con sus proveedores y con el desarrollo de una web. Si estás pensando en crear una web, estos consejos pueden ayudarte a arrancar con buen pie y a ponerte en el camino:

  • El cliente debe implicarse de lleno desde el inicio del trabajo. En CBC Comunicación somos unos grandes amantes de las frases hechas y echamos una vez más mano del repertorio del sabio matemático griego Pitágoras para coincidir con él en que “El principio es la mitad de todo”, gran frase que nos ha servido para titular este artículo. Un buen principio nos permite augurar un desarrollo fluido y exitoso. Las primeras reuniones con el cliente van a ser cruciales para el futuro del proyecto. Estamos poniendo los cimientos, las bases para que toda la construcción del trabajo sea sólida y esté bien estructurada. En este sentido, va a ser capital su colaboración para conseguir establecer una arquitectura de la web. Con este término nos referimos, en términos generales, a la estructura de la información, las distintas secciones y subsecciones que va a tener la web.  Es algo que debemos dejar zanjado necesariamente antes de empezar a construir, igual que haríamos con un edificio, y es nuestro trabajo hacérselo entender al cliente.
  • Sobre los contenidos a aportar por el cliente: por contenidos entendemos todos los textos que debe tener la web, pero también todas las imágenes o vídeos que deban aparecer en sus diferentes secciones.
  • Textos: si el cliente es autosuficiente y va a desarrollar él mismo los textos de su web, lo ideal es que nos entregue una versión aproximada en los primeros compases del proyecto para que podamos hacernos una idea de su carácter, su extensión, todo esto nos puede ayudar en el planteamiento del  No es necesario que sea una versión definitiva. Afortunadamente el medio online nos da mucha libertad para corregir sobre la marcha y es el propio cliente el que va a editar los textos en la mayoría de los casos desde el gestor de contenidos que pondremos a su servicio.
    Si por el contrario, el encargo incluye una redacción de textos por nuestra parte, necesitaremos el material bruto del cliente cuanto antes para trabajar en una versión definitiva.
  • Imágenes: aunque parezca mentira es una de las mayores faltas de previsión por parte del cliente con la que nos encontramos. En muchas ocasiones, no dispone de imágenes o se pretende trabajar con imágenes no profesionales. Lo ideal es contar con imágenes de calidad, encargar una sesión fotográfica a un profesional, para que la apariencia de nuestra web sea lo más atractiva, personalizada y ajustada a nuestra actividad posible. También es posible recurrir a bancos de imágenes online que pueden solucionar el problema. Todo esto son cosas que también hay que aclarar desde el principio para establecer un plan de acción.
  • Plazos: Hay que establecer unos plazos de entrega con el cliente y cumplirlos. No sólo de nuestros entregables, como maquetas, o de nuestras fechas de publicación, sino también del material que debe aportar el mismo cliente. No podremos cumplir los plazos fijados si el material se nos entrega justo en la víspera… como ha sucedido en alguna ocasión. Nuestro trabajo no consiste en apretar un botón que automáticamente produce un elegante diseño y una funcionalidad óptima, requiere bastante más esfuerzo y dedicación.
  • Aceptación del diseño. Uno de los grandes hitos del desarrollo de una web es la aprobación de las maquetas de diseño. Se trata de acordar con el cliente la imagen, la apariencia que va a tener la web, basándonos en nuestra propuesta. La presentación suele realizarse con un simple pantallazo que muestre el diseño de la home o página de inicio y de alguna otra sección importante. El resto de la web va a seguir las mismas líneas maestras de diseño.
  • Mantenimiento y seguimiento: una vez desarrollada la web, el cliente debe encargarse de su mantenimiento a menos que prefiera que lo hagamos nosotros. Otro de los errores típicos que suelen cometer las empresas es no prever que alguien tendrá que encargarse de alimentar el blog o las secciones de noticias, etc. La consecuencia es un website perfectamente preparado pero absolutamente desaprovechado por falta de tiempo y recursos humanos para hacerlo crecer.
    Lo mismo se puede decir de las redes sociales: hoy en día ya nadie cuestiona la necesidad de estar en los principales medios sociales con un perfil empresarial. Para ello necesitaremos un mantenimiento profesional que permita sacarles el máximo rendimiento.

Son muchas cosas y algunas de ellas merecen ser tratadas con detenimiento en otro post. De momento nos quedamos contemplando la espléndida imagen que acompaña a este artículo: un detalle del cuadro de Rafael Sanzio “La escuela de Atenas”. Ahí tenemos a Pitágoras, absorto en su trabajo, como nosotros más o menos…

Artículo publicado en la web de cbccomunicacion, ya desaparecida.