Texto sobre Urtain

Texto sobre Urtain

Elaborado para el proyecto de exposición de Paco Sales sobre los héroes del boxeo español de los 70

 

Una noche de junio de 1974, Urtain boxeaba en Valencia. Yo tenía 7 años, así que me tocó quedarme en casa con la mamá y la yaya, mientras mi padre y mi hermano disfrutaban de la velada en la Plaza de Toros. Esa noche, antes de dormirme, deseé con todas mis fuerzas que Urtain ganara el combate. El morrosko había perdido su segundo título de campeón de Europa hacía un par de años y después de un tiempo inactivo había vuelto a encadenar una serie de victorias. Sin embargo, a la mañana siguiente me contaron que había sido derrotado antes del límite en el que sería el primero de varios tropiezos que le pusieron al borde de la retirada.

Otro de mis recuerdos tiene como protagonista de nuevo a mi padre, al año siguiente, recién llegado de la calle con el periódico AS abierto por la crónica del maestro Fernando Vadillo: “¡Ha ganado!”. Urtain había reconquistado el campeonato de España y su carrera volvía a emerger en pos de una tercera corona europea que nunca llegaría.

Esa es la parte oculta, lo que nunca se cuenta en las biografías de Urtain, que no suelen ir más allá de la pérdida de su título de Europa con Sir Henry Cooper (y eso que volvió a recuperarlo en poco más de un año). Es cierto que su carrera fue prefabricada en los primeros tiempos, que ascendió derrotando a rivales de escasa entidad. Él era un levantador de piedras fuera de serie, pero con escasa preparación física y técnica para el boxeo. Parece que la maquinaria del negocio y la propaganda no dejó mucho tiempo para enseñar al muchacho, que por otra parte tenía un corazón dentro del ring que no le cabía en el pecho (quizá tanto como ganas de divertirse fuera del cuadrilátero). Pero cuando llegó el momento de enfrentarse a gente de más nivel hay que reconocer que también fue capaz de cosechar algunas victorias importantes.

Ahora bien, pronto se vio que era un boxeador a tener en cuenta dentro del panorama europeo pero que estaba muy lejos de poder competir en Estados Unidos. Como dijo su rival el argentino Goyo Peralta: “la América de Urtain está en Europa”.